8.12.11

Un romance literario

De alguna forma la conocí por correspondencia,
poesía o revistas
comenzó a enviarme poemas muy eróticos sobre
violaciones y lujuria, espolvoreándolos con pequeñas
dosis de intelectualidad, de alguna manera aquello
me confundió
entonces, sin dormí, me subí al coche y manejé hacia
el norte pasando por montañas, valles y autopistas,
he aquí a un borracho recién divorciado,
desempleado, entrado en años, cansado y ansioso por
dormir cinco o diez años;
finalmente, por un camino sucio
encontré un motel de un pueblo pequeño y soleado,
y me senté a fumar un cigarro
pensando, debes estar completamente loco,
una hora mas tarde llegué a mi cita
era encabronadamente vieja
casi tan vieja como yo, y no muy sexi
me regaló una manzana muy verde y dura
que mastiqué con los dientes que me quedaban;
se estaba muriendo de una rara enfermedad,
algo parecido al asma; me dijo,
quiero decirte un secreto, y yo le dije,
ya sé, eres virgen a los 35 años.
Sacó una libreta, diez o doce poemas:
toda una vida de trabajo, tuve que leerlos
tratando de ser amable
pero eran realmente malos.
Entonces la llevé al box
el humo la hacía toser
miraba hacia todos lados
miraba a toda la gente
y a los boxeadores
enganchados,
¿nunca te emocionas, verdad? Preguntó.
Pero esa noche me emocione de lo lindo en las colinas,
nos vimos tres o cuatro veces más,
le ayude con algunos de sus poemas
y ella atacó con su lengua hasta la mitad
de mi garganta
pero cuando la dejé
seguía siendo virgen
y una muy mala poetisa.
Pienso que cuando una mujer ha mantenido sus piernas
cerradas
35 años
es demasiado tarde
para cualquiera de las dos cosas
para el amor
y
para la poesía.

CHARLES BUKOWSKI